No es nada nuevo si decimos que la nueva cúpula de JCF está nerviosa y actúa muchas veces dando palos de ciego y otras tantas dándolos hacia todos aquellos que le cuestionan su parecer. Está claro que su criterio prevalece sobre el resto, pero no tener en cuenta las decisiones tomadas por la Assamblea de Presidents de Falla con el menosprecio continuo que ello supone, bien merece que los falleros demostremos que no somos idiotas y que sabemos leer e interpretar el Reglamento Fallero. Ayer mismo se presentó por Registro de Entrada de JCF, un escrito de reprobación basado en el artículo 60.2, avalado a su vez por las firmas de más del 10 % de los componentes de la Assamblea General, tal y como dicta el Reglamento.
A fecha de hoy, a dicho documento se han adherido más de 50 firmas y su número parece que va in crescendo a medida que pasan las horas. El motivo no deja lugar a dudas, el malestar ocasionado por el despotismo del Presidente de Junta en las anteriores asambleas, sus continuas evasivas y mentiras, así como el totalitarismo en sus decisiones, han sido el factor determinante que ha hecho que el colectivo fallero se revele contra la imposición política que promueve Compromís en el mundo de las Fallas. Tampoco han sido pocos los delegados de sector que se manifiestan contrarios a los dictámenes de quien, con una mano promulga el comboi de la festa y con la otra ignora y bloquea en las redes sociales a todo aquel que no le hace la rosca. Lanzar desde su despacho del Ayuntamiento un concurso de poesía que nadie ha pedido y que nos cuesta dinero para incluirlo en el Libro Fallero es obviar la decisión definitiva adoptada en diciembre del año pasado por la citada Assamblea. Hipocresía barata de patio de colegio.
Sencillamente, los Presidentes de Falla exigen en su escrito que se respeten las decisiones que acuerdan en la Assamblea dado que el Sr. Pere Fuset se pasa por el arco del triunfo lo que allí se dictamina. Anoche mismo, reaccionó al enterarse llamando personalmente a varios de los firmantes para marearlos contándoles milongas y presionándolos para que retiraran el escrito. Parece que esta maniobra rastrera no ha sentado nada bien o no ha llamado a las puertas que debería puesto que, desde primera hora del día, el tema se ha hecho público a los medios de comunicación y le ha estallado en la cara. Este señor debería recordar que la última palabra es la de l’Assamblea de Presidents de Falla y no la suya.
Las redes sociales se hacen eco de la noticia y el twitter no para; destacamos el más ocurrente de ellos; el del sobre del cafenet que decía “ Quan l’Assamblea de Presidents parla, Fuset no ha de comprendre res: Fuset deu d’acceptar la decisió de l’Assamblea”. Recapitulando, la democracia es el gobierno de la mayoría que respeta los derechos de las minorías. No pretenda ser la Fallera Mayor cuando debe ejercer de Presidente, atendiendo y acatando las decisiones adoptadas por los falleros. Igual que las monedas de dos caras; así veo yo la gestión e intromisión del Regidor de Cultura Festiva en la figura del Presidente de Junta Central Fallera. Dos cargos, hoy por hoy, regentados por la misma persona que deberían separarse definitamente.
Sito Sanchis