La rica indumentaria es una de las piedras angulares de la cultura y la tradición en Valencia, y los falleros y las falleras son sin lugar a dudas, los grandes garantes de mantener esa forma tradicional de vestir, que al mundo maravilla por su riqueza y singularidad.

Las manos más expertas confeccionan los trajes más maravillosos que se puedan concebir en la mente de las indumentaristas. Manos artesanas que unen profesionalidad con un oficio que en muchos casos pasa de generación en generación. Magníficos tejidos y patronajes antiguos se unen para recrear como se vestía la mujer valenciana en los siglos XVIII y XIX.

El máximo exponente de la indumentaria valenciana es elegida para vestir a la máxima representante de las Fallas de València, para vestir a la reina fallera de todos los valencianos. Una embajadora de la fiesta pero también de sus tradiciones, de su cultura y su forma de vestir.

Un claro ejemplo es el magnífico traje confeccionado por la firma Serrano y Navalón, con la que vistió recientemente a Consuelo LLobell Frasquet, Fallera Mayor de València 2020, durante la XXI edición de las Bolilleras de la comisión de la Falla Pintor Salvador Abril «El Quarantahuit».

La firma valenciana es indumentarista oficial de este año, siendo los elegidos para confeccionar trajes como el que la Fallera Mayor de València vistió el día de su Exaltación, además del primer traje oficial de su Corte de Honor.

Serrano y Navalón ha confeccionado este traje con inspiración en el patronaje antiguo del s.XVIII, terminación de cintura en castellets y espalda en punta de flecha. De mangas largas rematadas en dos botones con forma de bellotita chapados en oro.

El tejido es una Sedalina exclusiva de la firma Sedica, de nombre Dulcinea y fondo gris perla, donde los colores de las flores fueron personalizados por Consuelo Llobell en la tienda de la firma.

Las manteletas son de la firma Santos Textil, de puntilas y tul plumenti, realizadas de manera artesanal y calzado de época de la firma Descans. Siendo habitual de la firma, el jubón queda como un guante, con envarados ocultos tradicionales, combinados con cordón y ballenas vistas. El resultado es tradicional e innovador, manteniendo la elegancia y dulzura del conjunto.

Juan Meneses

Fotos: Fran Adlert