Como «gesto de solidaridad con los enfermos por coronavirus y en protesta por la crisis económica que afecta a los artistas falleros, uno de los más afectados por el aplazamiento de las fallas»
La figura principal de la falla municipal de València, una mujer meditando en posición mujer en posición sedente, ha incorporado este miércoles una mascarilla gigante que le cubre la cara como «gesto de solidaridad con los enfermos por coronavirus y en protesta por la crisis económica que afecta a los artistas falleros, uno de los más afectados por el aplazamiento de las fallas.
Así lo ha explicado a EFE el artista fallero Manolo Martín, que para minimizar los daños económicos que van a sufrir los artistas, se planten los monumentos falleros «de manera controlada» y evitando aglomeraciones, después de que este martes las Generalitat, siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, haya decidido suspender y aplazar las fiestas de las fallas.
«No estamos pidiendo nada nuevo. Ayer se jugó a puerta cerrada un partido (Valencia-Atalanta) en un estadio (el de Mestalla) en el que caben 50.000 personas», ha recordado, aunque ha recalcado que en los primeros en los que hay que pensar son en los enfermos», pero sin olvidar a todos los demás sectores afectados.
Martín, que junto sal artista José Ramón Espuig y el diseñador Escif son los creadores del monumento «Açò també passarà», ha pedido a las autoridades que sean «coherentes» y apliquen «una medida parcial que permita plantar las fallas y al mismo tiempo evite todos los riesgos posibles de contagio de la enfermedad».
«Entiendo que las autoridades sanitarias lo que quieren es evitar aglomeraciones de gente. Yo estoy montando esta falla, y si la tengo que acabar no tiene por qué haber aglomeraciones», ha añadido y se ha preguntado qué se va hacer ahora «con las fallas a medio montar o con las que están saliendo de los talleres».
«Apostamos por que las fallas se monten de manera controlada, evitando masificaciones», ha insistido Manolo Martín, y ha sentenciado: «No son las fallas que nos gustaría, pero es una forma de minimizar los daños».
Por su parte, el diseñador Escif ha pedido «mantener la gran meditadora (la figura principal de la falla municipal) en la plaza, hasta que se reanuden las fallas. Un símbolo de paciencia, calma y esperanza tan necesario en estos días».
Ha reclamado «paciencia, calma y esperanza» pues considera que pueden ser las armas útiles para hacer frente al coronavirus, «una crisis mundial muy difícil de combatir» pues no existe vacuna y las infraestructuras sanitarias se quedan pequeñas ante la velocidad de propagación. Tenemos que conseguir decelerar el movimiento de la sociedad el tiempo suficiente como para que la gente ya infectada pase la enfermedad y no la siga propagando».
«Estos son precisamente los valores que transmite la gran mujer meditando en la plaza del ayuntamiento. Esto también pasará», ha dicho el artista parafraseando al lema de la propia falla que ha diseñado.
Según Escif, «la batalla contra el coronavirus es una batalla de comunicación y concienciación, cruciales para conseguir restablecer la calma. Regalemos al mundo el antídoto para superar esta crisis: paciencia, calma y esperanza».
«Los costes de desmontar, almacenar y volver a montar la falla serían infinitamente más elevados que los costes, ya casi cubiertos, de mantener la estructura en la plaza por un tiempo acotado. La estructura de esta falla es muy fuerte y podría fácilmente aguantar seis meses intacta», ha recalcado.
La previsión de peatonalizar la plaza acompañaría esta decisión, ha insistido finalmente el artista. EFE