El traslado supone un desahogo para los talleres que aún no habían podido retomar la actividad
Son tiempos de la Covid19 y tiempos de incertidumbre, la palabra más utilizada y que mejor describe la situación del mundo fallero, festivo y de la sociedad en general.
Medio año ha pasado desde la cancelación de las Fallas, la primera de las grandes fiestas españolas en ser suspendidas por la pandemia de la Covid 19. Y medio año desde que se iniciaban los trabajos de recogida de los mal llamados “monumentos falleros” que se quedaban en su gran mayoría terminados y a las puertas de la “plantà”.
“Tras confirmarse que este año las Fallas no se celebrarían en la fecha prevista debido a la crisis del coronavirus, el Grupo Tragsa recibió el encargo por parte de la Generalitat para desmontar las Fallas en las calles y trasladarlas hasta Feria Valencia. La amenaza de lluvia de los primeros días, que ponía en peligro la conservación de estas piezas y figuras, obligó al Grupo a trabajar con la mayor celeridad posible para evitar daños en las mismas y garantizar su perfecto estado hasta el mes de julio, cuando está previsto que se celebren este año.” Así lo relataba la empresa encargada, con el deseo de que se hubieran podido celebrar las Fallas en julio y que finalmente la situación de la pandemia trastocó, decidiendo cancelarlas definitivamente con vistas a 2021.

Ante esta situación se multiplicaron las quejas y críticas ante un compromiso que se hacía difícil cumplir. Los talleres de los artistas falleros se colapsaban haciendo imposible la reactivación de los trabajos de cara a las ampliaciones de las Fallas para 2021 y los nuevos proyectos de 2022.
Pasados tres meses desde el traslado de las primeras 130 fallas, los concejales Carlos Galiana y Pilar Bernabé, y el Secretario Autonómico de Seguridad y Emergencias, José María Ángel, anuncian el traslado de otras 100 fallas.
Con el reinicio de los trabajos de recogida en los talleres de las Fallas y su almacenaje en Feria València se cumple con el compromiso adquirido con las comisiones falleras y artistas, siendo la Generalitat Valenciana la que corre con el coste de los 400.000€ que supone estos trabajos, inéditos en la historia de la fiesta.

La acogida está siendo favorable por lo que supone el desahogo de los talleres, mermados no solo por la crisis de la Covid19 sino de una situación difícil, al borde de la desaparición de este oficio único en el mundo, como es el de ser artista fallero.
Pero aún quedan incertidumbres, dudas sobre la mesa. Se deberá resolver: pagos realizados por las propias comisiones y artistas en los meses de marzo a mayo, asunto en el que se está trabajando, según informaba el Ayuntamiento; ayudas a los alquileres de aquellos locales donde se almacenan las fallas, cuyos artistas las quieren tener cerca; y la clasificación del concurso de Fallas 2021, apunto de ser debatido.

Pero sobre todo y con vistas a la “plantà” en marzo de 2021, como se coordinará “la replegà” de estas fallas. El coste de esta macro recogida corre a cargo de los artistas-comisiones pero su organización se adivina complicada, al tener que ir a un punto único a recoger cada comisión su falla para ser plantada.
Juan Meneses
Fotos: Don Falleret
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