La indumentaria histórica de la Fallera Mayor de Valencia 1952 ha pasado a formar parte del archivo de la Junta Central Fallera, que continúa ampliando su colección de fondos históricos gracias a las donaciones de familias vinculadas a la fiesta.

En esta ocasión, los hijos de Rosario Violante Ferrandis y Álvarez de Toledo, Fallera Mayor de Valencia en 1952, han entregado el traje principal que lució durante su exaltación, una pieza confeccionada por la reconocida Casa Insa, tal como se conserva en su etiqueta original.

Un legado que completa un año histórico
Con esta cesión, la JCF dispone ya de la indumentaria de las dos máximas representantes del ejercicio fallero de 1952. Hace año y medio, la familia de la Fallera Mayor Infantil de aquel año, María Luisa Sancho, también donó un valioso lote de material histórico.

El contacto entre la familia Violante y la JCF ha sido posible gracias a Vicente Roig, expresidente de la comisión Mendizábal y autor del libro Historia de las Fallas de Burjassot, y Paquita Aguado Latorre, fallera de Mendizábal e hija del capataz de la finca familiar en Burjassot, el conocido “Mas del Rosari”.

Detalles de la donación
La donación, formalizada mediante documento de cesión, convierte a la Junta Central Fallera en custodia oficial del material, que incluye:
- El traje principal de la exaltación.

- Tres corpiños adicionales.
- El juego completo de aderezos y la banda original, con insignias cosidas.



Cada una de estas piezas representa un fragmento del legado histórico de las Fallas y ayuda a preservar la memoria indumentarista y cultural de la fiesta.
Conservación del patrimonio fallero
La delegación de Archivo y Biblioteca de la JCF lleva años trabajando en la recuperación de materiales históricos, tanto de indumentaria como de documentación fallera, con el objetivo de crear una futura exposición o museo dedicado a las Fallas que permita mostrar al público estos tesoros.
Aunque actualmente Valencia no cuenta con un museo municipal de las Fallas que disponga del espacio adecuado —más allá del Museo Fallero, ya saturado—, este tipo de donaciones refuerza la necesidad de crear un espacio museístico propio, donde puedan convivir ninots, indumentaria y documentación histórica.

Fotos: A. Romero/JCF
Video: JCF














